Decidir si su hijo está listo para asistir al preescolar puede ser un proceso prolongado e inductor de ansiedad.
Hay una serie de factores a tener en cuenta, incluido qué tan preparado estás como padre. Ciertamente al pensar en la separación, surgen dudas e inquietudes, por eso es importante que visites el centro que tienes pensado para tu hijo y hagas todas las preguntas que tengas sobre curriculum, horarios, seguridad y el personal. Un buen tip puede ser que lleves a tu hijo en esa visita para ver si se siente cómodo en el sitio y no hay ansiedad visible.
Hay varias áreas del desarrollo del niño a considerar antes de dar el paso como por ejemplo, la social, emocional, física y cognitiva.
Si tu hijo/a ha estado bajo el cuidado de una nanita o otra persona que no sean sus padres, posiblemente le sea más fácil separarse de sus padres durante la jornada escolar. En cambio, si no ha tenido muchas oportunidades de alejarse de sus padres, es recomendable ir introduciendo momentos cortos de interacción con otros, fines de semana donde los abuelos o algún tipo de estrategia poco a poco (sí es una necesidad para ustedes que empiece esta etapa preescolar).
Empezar esta etapa temprano brinda la oportunidad de participar en actividades distintas a las que está acostumbrado en casa, socializar con otros niños, estimular sus sentidos, lenguaje, desarrollo psico-motor (motricidad fina y gruesa).
A partir del año y medio, los niños empiezan a demostrar autonomía en ciertas actividades del día a día. Tienen curiosidad por abrir y cerrar envases, puertas, grifos, hacer torres, armar rompecabezas sencillos, entre otros. Si a su hijo le gusta dibujar en casa y busca entretenerse en actividades por su cuenta, es un buen candidato para el preescolar.
Si considera que las razones principales por las que desea enviar a su hijo al preescolar son que parece ansioso por aprender cosas nuevas y explorar, no está recibiendo suficiente estimulación en casa o está listo para ampliar sus horizontes sociales e interactuar con otros, es probable que sea el momento perfecto para comenzar la escuela. Puede que todavía no tenga las habilidades para hacer amigos, pero querer hacerlos es un buen comienzo.
Los preescolares generalmente siguen una rutina estable y dinámica: circle time, tiempo de juego al aire libre o salón de juegos, merienda, actividades grupales y/o independientes. Los niños tienden a sentirse más cómodos y en control cuando las mismas cosas suceden a la misma hora todos los días. Si su hijo todavía duerme siesta o tiene problemas con varias actividades en la mañana, es posible que no esté listo para el preescolar y tengan que hacer cambios en su rutina antes de hacer la transición de casa a escuelita.
Si su hijo/a no tiene con un horario fijo y cada día es diferente al anterior, puede ayudar organizando sus días un poco antes de que comience en el preescolar. Puede empezar ofreciendo comidas en un horario regular, planear visitar el parque todas las tardes o establecer un ritual antes de acostarse de modo que siga una rutina para que sea más fácil para ambos la transición.
Si tiene dudas siempre puede consultarlo con su pediatra y conversarlo con los adultos que más pasan tiempo alrededor su hijo.